​

En el foro ‘¿Hacia dónde va el financiamiento agropecuario y rural?’, organizado por Finagro y Foros Semana el pasado 15 de agosto en Bogotá, se analizaron alternativas para mejorar el Sistema  Nacional de Crédito Agropecuario en temas específicos como la gestión de riesgo, la diversificación de las líneas de préstamos, los plazos de pagos, las garantías y asegurar que el crédito sea el resultado de proyectos que cuentan con acompañamiento del intermediario financiero, asistencia técnica y comercialización. Además de promover el crédito para productos que tienen asegurada su venta.

Santiago Tobón, expresidente de Finagro y experto en desarrollo rural, hizo una de las propuestas sobre el Sistema Nacional de Crédito Agropecuario. Dijo que el Ministerio de Agricultura debería liderar este Sistema y responder por la Secretaría Técnica para que formule la política de  financiamiento agropecuario y rural. Es un cambio necesario para alcanzar los propósitos de la ley que lo creó. “Existen muchas recomendaciones para que el Sistema funcione bien. Tenemos un banco de segundo piso muy bien armado, pero hay que consolidarlo y para eso hay que utilizar los instrumentos que la Ley 16 (que estableció el Sistema Nacional de Crédito Agropecuario)”, indicó. 

Otro punto clave propuesto consiste en aprovechar la tecnología para innovar en productos y servicios a partir del conocimiento en campo de las necesidades de financiación. Para Margarita Correa, presidente de la Junta Directiva de Bancamía, hay que conocer a profundidad la necesidad del cliente, disponer de asistencia técnica para mitigar riesgos y fomentar la asociatividad. 

“Los jóvenes sirven de canales para que los productores mayores accedan a herramientas de educación financiera por medio del celular, el computador o los medios de comunicación”. Innovar es el reto para que el financiamiento logre impactar proyectos sostenibles, eficientes y competitivos. Un buen proyecto hace atractivo el crédito por su impacto en la economía.

Hoy los bancos, excepto el Agrario, tienen poca cartera de pequeños y medianos agricultores como también de actividades de producción agropecuaria primaria por la percepción de riesgo. En este sentido, Finagro trabaja en temas de gestión del riesgo (climático y biológico) y en hacer transparente la información sobre el proceso productivo para facilitar que los intermediarios financieros cuenten con los datos adecuados a la hora de tomar decisiones. 

Según Carlos Ramiro Chávarro, presidente de Finagro, uno de los retos del país es contar con un modelo de aseguramiento rural, como en México, que no solo cubra las inversiones sino también la vida de los campesinos. 

También se planteó avanzar hacia la empresarización, donde los jóvenes y mujeres rurales sean protagonistas. “Con el apoyo a ideas innovadoras y a emprendimientos se desarrollarán de manera sostenible las regiones de Colombia”, aseguró Chávarro. 

Otra propuesta es que la banca comercial se convierta en accionista del Banco Agrario con el fin de lograr un sistema especializado en el financiamiento agropecuario  y rural. “La idea es robustecer el Banco Agrario y manejarlo con criterio privado”, indicó Jens Mesa, presidente de Fedepalma, y consideró que hoy la banca desconoce las características de los cultivos y los agricultores, los instrumentos más adecuados para cada producto o región, aspectos que frenan el acceso y desembolso de recursos.

Por su parte, Carlos Ginocchio, gerente general de Agrobanco de Perú, dijo que es indispensable que la banca comprenda a la actividad agropecuaria (por desconocimiento poco financian) y que los productores aprendan a acceder a las herramientas y servicios financieros. En este aspecto, hay que cambiar el lenguaje de la inclusión financiera a la de integración.

Este primer foro sobre financiamiento agropecuario dejó iniciativas para implementar, pero también abrió el camino para mantener el debate constructivo en un sector con gran potencial de crecimiento en el posconflicto​

Fuente: Foros Semana ​