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En un ejercicio preliminar de percepción ambiental y social sobre el papel de los humedales, que consistió en realizar una serie de entrevistas a habitantes de todos los niveles y orígenes, se evidenció que en Leticia la mayoría de las personas piensan que estos son lugares de aguas podridas, llenas de insectos y de basuras.

El profesor Santiago Duque, director del Grupo de Investigación en Limnología Amazónica de la UNAL Sede Amazonia, afirma que "las respuestas evidencian la realidad de los humedales citadinos, no solo de Leticia sino de todo el país; acá el 60 % de la basura está compuesta por residuos orgánicos, los cuales no se están aprovechando a pesar de las tantas tecnologías disponibles".

Agrega que "los precarios servicios públicos se suman a la falta de cultura para recolectar, disponer y ubicar la basura en los lugares donde corresponde. Los residuos líquidos se convierten en aguas servidas o cloacales que llegan a fuentes de agua como humedales, arroyos, quebradas y, en el caso local, al río Amazonas, lo cual además es una paradoja si se tiene en cuenta que 60 % de las personas que habitan cerca de los humedales vivirán toda su vida ahí".

La situación identificada hasta el momento por los investigadores de la UNAL no dista mucho de lo hallado por el Instituto Sinchi en 2017 después de analizar 40 de los 77 humedales del Amazonas: el 17,5 % presentaba buena calidad del hábitat, el 32,5 % media, el 32,5 % moderada y el 17,5 % baja.

Esenciales para la seguridad alimentaria

El proyecto "Apropiación ambiental y social de los humedales urbanos y suburbanos de Leticia", una alianza entre los grupos de investigación en Limnología Amazónica de la UNAL Sede Amazonia y de Biodiversidad, Biotecnología y Conservación de Ecosistemas de la UNAL Sede Bogotá, intentará responder a las problemáticas actuales que presentan los humedales en situación de riesgo ambiental y que necesitan estrategias en conjunto con la población local.

La iniciativa indaga sobre el estado de 22 humedales de Leticia; entre los citadinos se encuentran la quebrada Urumutú, los caños Calderón y Simón Bolívar y la quebrada San Antonio, que sirve de límite entre Colombia y Brasil.

"También hemos recorrido el sector de la carretera de acceso a la selva –con apenas 20 km pavimentados–, el cual está rodeado de cananguchales, que son bosques de la Amazonia que crecen en llanuras de inundación de ríos de aguas blancas nacidos en los Andes –denominados várzeas–, o también en los de aguas negras, que se denominan igapós", menciona el profesor Duque.

Los cananguchales están conformados por extensas áreas de una palma alta conocida como canangucha, una de las más importantes de América tropical, que cubre extensas áreas de los ríos Amazonas y Orinoco; estos representan una despensa muy importante para la fauna.

El co-investigador indígena Elio Miraña destaca que los cananguchales suelen ser hábitat de dantas, venados, puercos de monte, borugas, micos y aves.

Aprovecha además para hacer un llamado de cuidado de los humedales y cananguchales, pues "también garantizan la seguridad alimentaria de las comunidades amazónicas".

Participación de la población local

Por su parte el profesor Jhon Charles Donato –director del grupo de investigación Biodiversidad, Biotecnología y Conservación de Ecosistemas de la UNAL Sede Bogotá– señala que "este proyecto es un buen ejemplo de lo que es un trabajo colectivo y de apropiación de la ecología del aspecto ambiental con la gente; tiene dos componentes: hacer una caracterización mediante ordenación de los humedales de Leticia desde el punto de vista ambiental, pero sobre todo la apropiación social con estudiantes de secundaria del colegio INEM".

Los profesores Duque y Donato coinciden en que la participación de la comunidad y de los jóvenes en esta iniciativa será determinante en la recuperación y conservación de los humedales, considerados como una reliquia de la biodiversidad.

(Por: fin/DMH/MLA/LOF)

Fuente: Agencia de Noticias UNAL