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 08/10/2021

Las políticas de recuperación post COVID-19 pueden impulsar una agricultura más sostenible en América Latina y el Caribe

Nueva publicación de la FAO analiza políticas para responder a la pandemia e impulsar una reactivación económica sostenible y resiliente.

Santiago – Las  políticas públicas para responder a la pandemia del COVID-19 en América Latina son una oportunidad para impulsar una reactivación económica sostenible y, al mismo tiempo, fortalecer la resiliencia climática.

Esa es una de las conclusiones de una nueva publicación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Alianza para la Resiliencia Climática Rural en América Latina y el Caribe, en asociación con la Fundación Futuro Latinoamericano.

El estudio Sinergias y trade-offs entre las políticas de rescate y recuperación económica frente al COVID-19 en América Latina, analiza interacciones entre la recuperación y la resiliencia climática en sistemas agroalimentarios, desde un enfoque de políticas públicas.

"Aunque la pandemia del COVID-19 y la crisis climática difieren en sus causas, ambas afectan a los sistemas agroalimentarios y a los medios de vida rurales, y requieren soluciones conjuntas", dijo Ignacia Holmes, Oficial de Agricultura Sostenible y Resiliente de la FAO.

Recomendaciones para una recuperación con transformación

El nuevo informe recomienda una transición desde modelos convencionales en la agricultura hacia prácticas que integren la biodiversidad, la gestión sostenible de los recursos naturales y la restauración de ecosistemas, medidas que podrían implementarse junto a las acciones de recuperación del impacto de la pandemia.

Las experiencias a nivel global avalan este enfoque: por cada dólar invertido en la restauración, por ejemplo de bosques degradados, se pueden obtener entre 7 y 30 dólares en beneficios económicos.

El documento también indica que las políticas de rescate y recuperación, podrían estar condicionadas a la adopción de prácticas agrícolas resilientes: la asistencia financiera y técnica, por ejemplo, podría priorizar prácticas sostenibles, enfocándose en la diversificación de suelos, la restauración de ecosistemas y el buen manejo de recursos hídricos, entre otros.

La incorporación de medidas para enfrentar el cambio climático y sus impactos aprovechando innovaciones tecnológicas es otra de las recomendaciones de la FAO. Esto incluye métodos para producir energía de biomasa a partir de desperdicios de alimentos, la gestión del estiércol, el aprovechamiento de energías renovables y el riego por goteo.

El documento dado a conocer en un evento virtual, fue realizado en el marco del proyecto Resiliencia climática en los programas para el desarrollo agrícola y rural en América Latina y el Caribe, bajo la dirección y coordinación de la Alianza para la Resiliencia Climática Rural en América Latina, en asociación con la Fundación Futuro Latinoamericano.

El trabajo de la FAO en acción climática

El 26° Período de Sesiones de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), que se realizará del 1 al 12 de noviembre, ofrece una oportunidad única para la reflexión y el llamado a la acción climática.

La FAO está dando asistencia en la región a proyectos que apoyen la adaptación y mitigación al cambio climático y apoyando a los países a acceder a financiamiento climático de fondos internacionales como Fondo Verde del Clima, fondos de adaptación y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF). Esto con el fin de avanzar hacia una agricultura más sostenible, resiliente e inclusiva.

La FAO también apoya, en rol de secretaría, a la Plataforma de Acción Climática en Agricultura de Latinoamérica y El Caribe, PLACA.

Fuente: FAO

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