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 09/06/2020

Residuos urbanos generarían energía para uso doméstico

Cerca de 75 hogares podrían ser abastecidos con gas natural durante un mes, transformando 5.832 kg de residuos sólidos urbanos por medio de un proceso de digestión anaerobia (descomposición).

Así lo demostró Esteban Hincapié Buitrago, arquitecto de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales, quien logró determinar el potencial energético de los residuos sólidos urbanos mediante una prueba piloto desarrollada en el complejo habitacional La Herradura, del municipio de Dosquebradas (Risaralda).

Según el investigador, se seleccionó este conjunto de edificios por pertenecer al estrato 2, ya que en 2018 el 36 % de las viviendas de este estrato y también representaban el nivel socioeconómico con mayor número de suscriptores a servicios públicos, como energía y saneamiento básico y recolección de residuos.

En cuanto a infraestructura para el manejo y la recolección de residuos, el complejo cuenta con un único ducto de basura por torre, que llega a un cuarto en el que se disponen canecas para que un camión las recoja.

"Desde el punto de vista del diseño arquitectónico y la concepción del proyecto como tal, no se tuvieron en cuenta espacios adecuados para la gestión de los residuos sólidos ni para el reciclaje o aprovechamiento de estos", observa.

Como parte de la investigación se realizaron encuestas de percepción y mediciones que permitieron monitorear la producción de residuos orgánicos para evaluar su posible aprovechamiento, y se encontró que el 48 % de la población separa la basura, pese a que no hay puntos de acopio para cada tipo de desperdicios.

Además de las encuestas se realizaron charlas informativas, con el fin de iniciar un programa de separación de basuras. "Para esta investigación se simplificaron las 7 categorías de clasificación para determinar la cantidad de residuos orgánicos con y sin potencial energético", detalla el arquitecto.

Potencial energético

De 36 bolsas –correspondientes al 20 % de la producción de basuras del complejo habitacional– se seleccionaron 5 al azar y se realizaron los análisis de laboratorio correspondientes. Se obtuvieron 5.832 kg de residuos sólidos orgánicos con posibilidad de ser aprovechados.

Para conocer su potencial energético, el contenido de las bolsas se esparció sobre un plástico y se registraron los residuos de manera individual y luego se juntaron para obtener una mezcla homogénea.

De las muestras obtenidas se identificaron restos de alimentos como cítricos, plátano, mango, maracuyá, aguacate, tomate de árbol, tomate, cebolla, papa común, papa criolla, vainas de arvejas, apio, arroz cocido, pasta cocida, cáscaras de huevos y trozos de carne.

Para el aprovechamiento energético se utilizó la tecnología de reactores tipo Batch, o de lecho fijo, que son recipientes cerrados, sin flujo de entrada ni de salida de oxígeno, que garantizan la ausencia de este, para que los organismos anaerobios puedan llevar a cabo la descomposición del material orgánico y su posterior transformación en biogás.

"Mediante este proceso se obtuvieron 0,205 m3 de biogás, suficientes para abastecer con gas natural durante un mes a cerca de 75 hogares", explicó el arquitecto.

Esto representa, además de un ahorro monetario producto de la reducción en el consumo del gas natural domiciliario, la disminución de las emisiones generadas por el metano, que si no son quemadas en estufas de gas, calentadores u otros usos, irían directamente a la atmosfera, generando afectaciones para el medioambiente.

Alto consumo energético

El sector residencial constituye hoy el 51,2 % del consumo nacional de energía eléctrica, lo que lo convierte en uno de los más influyentes en la demanda energética del país, por encima de otros como el industrial.

También es el sector que genera la mayor cantidad de residuos, hasta el 68 % del país, de los cuales el 40,3 % está compuesto por papel, cartón, plástico, vidrio, metales, textiles y elementos peligrosos, entre otros, mientras el 59,7 % restante corresponde a materia orgánica, que se dispone en rellenos sanitarios sin ningún aprovechamiento.

Según las Guías de Construcción Sostenible, el total de la energía consumida por las edificaciones se clasifica en: energía capital, que se consume durante el proceso de diseño, extracción, producción de materiales y construcción (35 %) y energía operativa, que es la utilizada durante el ciclo de vida aproximado de 50 años del inmueble, y que representa el 65 %.

Desde el ejercicio de la construcción, la sostenibilidad se ha convertido en la principal área de trabajo para enfrentar los retos que impone el cambio climático, a partir del desarrollo de construcciones sostenibles, edificios más eficientes y el uso de energías alternativas.

Fuente: Agencia de Noticias UNAL

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