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Este concepto fue desarrollado en los años 60 por el francés Francis Chaboussou, con el cual explica los mecanismos a través de los cuales se dan las relaciones entre plantas e insectos. Un experto revela en qué consiste y cómo su conocimiento puede beneficiar a los productores del campo.

Álvaro Aristizábal Mejía, miembro de la Asociación Colombiana de Criadores de Ganado en Doble Propósito (Asodoble) y de la Asociación Colombiana de Ganadería Regenerativa (Acoganar), ha insistido en la importancia de la relación entre suelo, planta y animal en la producción bovina.

"La nutrición del suelo está dada por la fotosíntesis de la flora nativa y adaptada, pero si la destruimos, su capacidad de nutrición va a ser inferior porque no recibirá los mismos elementos", indicó.  

Y agregó: "Fuera de eso, la trofobiosis no se va a dar si las plantas no están bien alimentadas, porque esta teoría nos dice que cuando una planta no está bien nutrida, hay más probabilidades de que los insectos consuman los pocos nutrientes que tienen, con lo cual crece la plaga".

En efecto, Chaboussou sostuvo que un insecto no tiene el complejo enzimático para alimentarse de una planta sana por lo que debe buscar hortalizas enfermas. A juicio de Aristizábal, tanto los agricultores como los ganaderos, que son productores de forrajes deben conocer este concepto.

De esta manera, pueden preparar condiciones adecuadas para la planta y evitar aquellas que le transfieren inestabilidad y estrés al vegetal, y así esta no atraiga insectos y estos se conviertan en plagas.  

"Cuando la planta está bien nutrida, la formación de aminoácidos que tiene no permite que se puedan alimentar las plagas, que generalmente tienen un crecimiento exponencial. En cambio, como no consumen la hoja no absorben los nutrientes y no se reproducen", señaló.

Aristizábal detalló algunas claves para mantener las hortalizas, proporcionando un entorno adecuado que se basa en una buena nutrición del suelo, una correcta luminosidad y adecuada humedad, así como eligiendo aquellas que son más aptas para las condiciones climáticas de la zona.

"Si usted lleva una planta de Bogotá a Turbaco, va a tener muchas dificultades para adaptarse al nuevo medio. Mientras se adapta, será una planta desnutrida, por lo cual los insectos se aprovecharán más de ella", dijo.

En esta medida, el experto concluyó diciendo que tanto agricultores como ganaderos deben procurar el equilibrio ecológico, lo que quiere decir que cuando hay biodiversidad de flora, se logra asimismo la biodiversidad de la fauna. De esa forma, las plagas no proliferan de forma descontrolada, sino que llegan hasta donde la naturaleza lo permite.

Fuente: ContextoGanadero